En los siete primeros meses del año se registraron 5.358 procedimientos concursales. Esta cifra se deriva tanto de un incremento del 12,9% en el caso de los concursos de acreedores comunes, hasta las 4.308 empresas concursadas, como sobre todo de que los procedimientos especiales para micropymes se han cuadruplicado, alcanzando las 832 compañías. En cambio, los planes de reestructuración han retrocedido un 3,1%, hasta las 218 empresas. Este incremento se debe a varios factores. En primer lugar, los márgenes operativos se han estrechado sustancialmente en numerosos sectores, debido al fuerte incrementos de los costes en los últimos años (salarios, insumos, energía, impuestos, intereses), que muchas empresas no han logrado repercutir en su totalidad a sus clientes ante la atonía de la demanda. En segundo lugar, muchas empresas orientadas al mercado exterior están sufriendo algunos problemas de ventas, debido al estancamiento de la economía europea y la fragmentación del comercio mundial. Y, finalmente, hay muchas empresas que han tenido problemas para afrontar el pago de los créditos suscritos durante la fase más dura de la pandemia con el Instituto de Crédito Oficial.